sábado, 22 de septiembre de 2007

Los siete picos

Qué fácil es estar arriba. Sentir que te comes el mundo, que todo está tal y como quieres y por una vez saber que "crees por dónde quieres ir".
Qué fácil es venirse abajo... Volver a pasar por estaciones donde quedó dolor y un montón de lágrimas encerradas en cajones que se abren sin previo aviso.
Qué fácil es volver a estar arriba!!! Basta con querer. Echar la vista atrás y darse cuenta que no hay nada por lo que merezca la pena estar triste, y sí un montón de motivos para sonreir y mostrarle al mundo que eres un tipo con suerte!!!
A veces, al mirar al cielo, te da cuenta que cada una de las estrellas es irremplazable. Y aunque un día se extinga su luz y deje de iluminar ese pedacito del manto negro que nos cubre cada noche, sabes que no se perderá nada, porque pudiste disfrutar de su brillo aunque fuera por un único instante.
Subir y bajar. Es inevitable, necesario. Lo importante es mantenerse el mayor tiempo posible arriba porque nos sobran los motivos. Lo importante es dejarse iluminar por todas las estrellas que nos rodean, contagiarnos con su esplendor, valorarlo y agradecerlo aun cuando desaparezcan.