Quien de buenas me conoce, sabe que las navidades es la época del año que más me entristece. Mejor dicho, la única. Quizá el cambio de estación y el frío son los que afectan mi ánimo, y por eso me permito tener en estas fechas mi único bajón anual. No lo busco, pero como tampoco puedo evitarlo, me limito a disfrutar de mi melancolía y de lo bien que te quedas después de echar unas lágrimitas pocas veces justificadas.
El "bajón" en sí es algo muy puntual, cuestión de uno o dos días. Lo que si me supone un verdadero reto es mantener la sonrisa, pero lo hago.
Creo que el verdadero motivo está muy alejado de lo que pudiera pensar a priori: No se trata de echar de menos a quienes ya no están, ni de nostalgia por aquellos momentos que quedaron en el recuerdo (todo eso me acompaña siempre). Ni siquiera creo que se deba al hecho de asociar determinados días a momentos duros del pasado que tanta huella dejaron. No. El verdadero motivo parte precisamente del gran "espíritu navideño" que tengo. Porque para mi, ese espíritu, no se limita a los meses de diciembre y enero.
Quiero regalar besos y abrazos todo el año.
Quiero regalar ilusiones a mis seres queridos todo el año.
Quiero que me regalen ilusiones todo el año.
Quiero querer y sentirme querido todo el año.
Quiero reunirme con la familia todo el año.
Quiero disfrutar de paseos bajo la nieve, las estrellas o el sol todo el año.
Quiero ver más sonrisas todo el año.
Quiero que ese espíritu os acompañe todo el año...
Ese es mi deseo navideño para todos vosotros: Que todo lo bueno que tengáis en estas fiestas, lo mantengáis y cuidéis todo el año.
FELIZ NAVIDAD
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